Visitar Lambayeque y no admirarse de su centro histórico es imposible. Basta con estar a pocos metros de su plaza de armas para caminar sin dejar de mirar hacia arriba y admirar los 67 metros de balcón que envuelven a la famosa Casa Montjoy. Y es que siete décadas después del fallecimiento de los esposos Montjoy, sus descendientes donaron la casa al municipio para convertirlo en lo que es hoy, un centro cultural que se destaca, entre otros aspectos, por su arquitectura.
Por eso, hemos escogido tres motivos que hacen que los lambayecanos nos llenemos de orgullo cuando alguien nos pregunta por el significado de ese balcón: